Los chasquis eran hombres preparados físicamente desde temprana edad, ellos recorrían a través del Capac Ñam con descanso en los tambos. Su entrenamiento era necesario ya que dependiendo de su velocidad se podía suspender una batalla o llamar a refuerzos, por esto mismo eran también capaces de realizar sus labores durante las noches si fuese necesario.
El chaski siempre viajaba con una trompeta de caracol, para anunciar su llegada y alertar a su relevo; La información la llevaba en un quipu.
La Hoja de Coca, sagrada para los incas, ayudaba a los chasquis a soportar los fatigantes recorridos. Eran pocas las personas a las que se les permitía masticar hojas de coca, considerada por los incas como una planta divina.