Estudios han corroborado que en Arica y al sur existieron mas de 25 pozos de agua dulce natural que los indígenas bebían.
Algunas tácticas de los aborígenes de la zona al ver a los grupos de españoles acercarse fue la de tapar estos pozos y así evitar que los conquistadores pudieran saciar su sed de durante tan largas travesías.
Los pozos de agua se dieron en la antigüedad en sectores con vegetación como el Valle de Azapa o Pica en la región de Tarapacá.
Estos pozos que hoy ya no se ven en nuestros valles fueron esenciales en la vida de los antiguos pobladores de esta zona, la fuente de vida de todas las culturas que habitaron en la región.
