El arma típica de los conquistadores era la espada pesada. Si bien los herreros de Toledo habían perfeccionado armas más livianas, delgadas y filosas durante el siglo dieciséis, el arma más común entre los españoles en América eran las espadas de 3 pies. Unos cuantos usaban las espadas pesadas de 5 o 6 pies que eran maniobradas con dos manos, estas podían devastar grandes grupos de guerreros nativos. Esta eficacia se dio por la diferencia entre el largo y la durabilidad de las grandes espadas de acero españolas contra las armas nativas hechas con madera, cobre, piedra y obsidiana.